El Sistema Nervioso Central (encéfalo y médula) está situado en un compartimento casi estanco y bañado, en toda su extensión, por Líquido Cefalorraquídeo (LCR). La mayor cantidad de líquido cefalorraquídeo se produce, de manera interrumpida, en los plexos coroideos de los ventrículos encefálicos y en las células ependimarias que tapizan sus paredes. El LCR se acumula, fundamentalmente, en la cavidad de los ventrículos y el espacio subaracnoideo intracraneal y espinal. Esta compuesto de agua, sales minerales, metabolitos y restos celulares.
El líquido cefalorraquídeo (LCR) fluye continuamente desde los ventrículos laterales, donde se produce en mayor cantidad, hasta las cisternas basales, pasando a través de los agujeros interventriculares (de Monro), acueducto de Silvio y agujeros de Lushka y Magendie. Posteriormente se expande por el espacio subaracnoideo intracraneal recorriendo los surcos y circunvoluciones de la superficie encefálica. También recorre el espacio subaracnoideo espinal, perimedular, llegando hasta las raíces de la cola de caballo. Difunde continuamente, gracias a los movimientos del cuerpo y al efecto pulsátil de las arterias de los plexos coroideos y de la superficie del encéfalo y de la médula.
Las funciones más importantes del liquido cefalorraquídeo son las siguientes:
1) Amortigua el efecto de los traumatismos craneales y espinales, protegiendo al encéfalo y la médula de los golpes contra la superficie interna de los huesos.
2) Transporta nutrientes y acarrea los metabolitos que se producen en algunas células del Sistema Nervioso Central y son vertidos al LCR.
3) Mantiene un volumen intracraneal constante cuando se produce atrofia cerebral por la edad.
La cantidad de LCR que se produce cada día en una persona adulta, puede oscilar entre 500 y 600 mililitros y ese líquido necesita renovarse constantemente para depurar los metabolitos y restos celulares liberados por algunas células del SNC en el espacio subaracnoideo. La renovación del líquido se produce a través de un complejo sistema de vellosidades aracnoideas que se invaginan en los grandes senos venosos intracraneales (seno longitudinal superior y senos transversos) y, en menor medida, en las venas emisarias del díploe craneal. Las vellosidades aracnoideas fueron descritas por el anatomista italiano Antonio Pacchioni (1655-1726), quien les puso el nombre de granulaciones aracnoideas. Estas granulaciones aracnoideas son invaginaciones seudodiverticulares de la aracnoides que penetran en la luz de las venas o en el díploe craneal, perforando la duramadre. Están revestidas por una delgada capa de células granulosas de la aracnoides y por células endoteliales de la pared venosa. Es a través de esta membrana permeable que las recubre, por donde se filtra el LCR que pasará a la circulación venosa (Figura 1).
El líquido cefalorraquídeo (LCR) fluye continuamente desde los ventrículos laterales, donde se produce en mayor cantidad, hasta las cisternas basales, pasando a través de los agujeros interventriculares (de Monro), acueducto de Silvio y agujeros de Lushka y Magendie. Posteriormente se expande por el espacio subaracnoideo intracraneal recorriendo los surcos y circunvoluciones de la superficie encefálica. También recorre el espacio subaracnoideo espinal, perimedular, llegando hasta las raíces de la cola de caballo. Difunde continuamente, gracias a los movimientos del cuerpo y al efecto pulsátil de las arterias de los plexos coroideos y de la superficie del encéfalo y de la médula.
Las funciones más importantes del liquido cefalorraquídeo son las siguientes:
1) Amortigua el efecto de los traumatismos craneales y espinales, protegiendo al encéfalo y la médula de los golpes contra la superficie interna de los huesos.
2) Transporta nutrientes y acarrea los metabolitos que se producen en algunas células del Sistema Nervioso Central y son vertidos al LCR.
3) Mantiene un volumen intracraneal constante cuando se produce atrofia cerebral por la edad.
La cantidad de LCR que se produce cada día en una persona adulta, puede oscilar entre 500 y 600 mililitros y ese líquido necesita renovarse constantemente para depurar los metabolitos y restos celulares liberados por algunas células del SNC en el espacio subaracnoideo. La renovación del líquido se produce a través de un complejo sistema de vellosidades aracnoideas que se invaginan en los grandes senos venosos intracraneales (seno longitudinal superior y senos transversos) y, en menor medida, en las venas emisarias del díploe craneal. Las vellosidades aracnoideas fueron descritas por el anatomista italiano Antonio Pacchioni (1655-1726), quien les puso el nombre de granulaciones aracnoideas. Estas granulaciones aracnoideas son invaginaciones seudodiverticulares de la aracnoides que penetran en la luz de las venas o en el díploe craneal, perforando la duramadre. Están revestidas por una delgada capa de células granulosas de la aracnoides y por células endoteliales de la pared venosa. Es a través de esta membrana permeable que las recubre, por donde se filtra el LCR que pasará a la circulación venosa (Figura 1).
FIGURA 1) Representación pictórica figurada, de dos granulaciones aracnoideas. Una intradiplóica, pequeña, que contacta con una vena emisaria y otra, más voluminosa, que penetra en la luz de un gran seno venoso encefálico. En la más grande, se representa el orificio producido en la duramadre y la formación seudodiverticular que se desarrolla en la luz de la vena. Aparece tapizada por una fina capa de células aracnoideas y endotelio vascular.
El flujo de líquido del espacio subaracnoideo al interior de las venas, a través de las granulaciones aracnoideas, se produce por un gradiente de presión que favorece el paso de líquido de manera fisiológica. En condiciones normales, la presión del LCR que discurre por el espacio subaracnoideo es más elevada que la de la sangre venosa. Por ese motivo el flujo sólo se produce en un solo sentido, granulación-luz venosa. Ahora bien, si por cualquier alteración patológica la presión venosa aumentara por encima de la del LCR, el sentido del flujo de líquido no se invertirá. Este mecanismo valvular unidireccional que se produce en las granulaciones aracnoideas impide que el contenido venoso penetre en el espacio subaracnoideo.
Cumplen, por tanto, una función primordial estas pequeñas granulaciones porque, cuando se produce, por cualquier motivo, un desequilibrio entre formación y reabsorción de LCR, el resultado inmediato es un aumento de la cantidad de líquido intracraneal. Esta alteración se traduce clínicamente por hipertensión intracraneal y se manifiesta por hidrocefalia hipertensiva, en las exploraciones de Neuroimagen.
Cumplen, por tanto, una función primordial estas pequeñas granulaciones porque, cuando se produce, por cualquier motivo, un desequilibrio entre formación y reabsorción de LCR, el resultado inmediato es un aumento de la cantidad de líquido intracraneal. Esta alteración se traduce clínicamente por hipertensión intracraneal y se manifiesta por hidrocefalia hipertensiva, en las exploraciones de Neuroimagen.
Algunos autores afirman que las granulaciones aracnoideas aumentan de número y tamaño con la edad. En nuestra experiencia, con IRM y TC, hemos constatado que sí se produce un aumento de tamaño, con los años, y que son más voluminosas en algunos ancianos, pero es difícil creer que su número aumente con la edad, porque resultaría difícil que pudieran perforar la duramadre cuando crecen.
Desde el punto de vista del Diagnóstico por Imagen las granulaciones aracnoideas apenas han suscitado interés entre los médicos porque era muy difícil plasmarlas "in vivo" en imágenes. En los últimos años y, gracias al desarrollo de la IRM y de la TC, es fácil detectarlas, de manera incidental, en muchos estudios de Neuroimagen. A continuación mostraremos el aspecto macroscópico de estas estructuras anatómicas, tal como aparecen en algunas imágenes de TC e IRM, recalcando que son hallazgos completamente normales, muy frecuentes, que no deben inducir a errores diagnósticos.
FIGURA 2) Representación pictórica figurada de las granulaciones aracnoideas, drenando en el seno longitudinal superior. Imagen FSE-T1 Gd.
BIBLIOGRAFÍA:
1) Haroun AA, Mahafza WS, Al Najar MS. Arachnoid granulations in the cerebral dural sinuses as demonstrated by contrast-enhanced 3D magnetic resonance venography. Surg radiol Anat. 2007 Jun;29(4):323-8.
2) Leach JL, Meyer K, Jones BV y Tomsick TA. Large arachnoid granulations involving the dorsal superior sagittal sinus: findings on MR imaging and MR venography. AJNR Am J Neuroradiol.2008 Aug;29(7):1335-9.